
Ricardo Gil Otaiza*
LA PALABRA QUE ARTICULA Y NOMBRA[1]
Y es cierto que hay épocas en que
nuestro idioma se cansa. ¿Quiénes entonces lo reavivan,
lo despiertan? No, ciertamente, los que lo
dejan como lo tomaron, enamorados
de él, y, por tanto, temerosos...