OBRAS DE RICARDO GIL OTAIZA


 

OBRAS DE RICARDO GIL OTAIZA

1) Espacio sin límite (Novela, 1995), Consejo de Publicaciones de la ULA, 284 páginas.

Reseña de la contraportada: Espacio sin límite es una novela en la que se nos narra el poder incontenible –a veces destructor– de la imaginación y fantasía del ser humano. Ramiro Valbuena representa la pasión, la ironía, el sarcasmo y la creatividad en sus más altos niveles de desarrollo, pero también es el irrespeto, la voluptuosidad, los sueños y el vagar sin norte fijo por el mundo, transformándose –sin proponérselo– en el Don Quijote moderno que marcha ineludiblemente hacia la soledad como sinónimo de muerte. Pantaleón Zapata es el hombre bueno, inocente, ingenuo, que hace de las “aventuras” de su inseparable y fiel amigo Ramiro, su única e irrenunciable realidad. Todo se conjuga en una historia con multiplicidad de vertientes y formas, que mantiene al lector en constante expectativa, y el cual se siente identificado con muchas de las situaciones  en ella planteadas. La universalidad del mundo de los personajes no se queda en las ruidosas calles de la metrópoli caraqueña, sino que trasciende y toma como escenario algún lugar remoto de la inquieta y convulsionada Latinoamérica.

2) Paraíso olvidado (Cuentos, 1996), Consejo de Publicaciones de la ULA, 108 páginas.

Reseña de la contraportada: “Si alguna impronta  puede reconocerse en los cuentos que nos presenta Ricardo Gil Otaiza es su extraña sencillez. Desprovistos de cualquier aspaviento literario, no hacen gala de un manejo erudito del lenguaje. Así logra el autor construirse una expresión curiosa y original que asombra por sus vuelcos inesperados. Sumiéndose en el submundo de la vida común de ciudades y pueblos, las historias de los textos nos llevan a través de un periplo hilvanado desde la memoria, el único lugar de lo verdaderamente real, según Marcel Proust. Allí tenemos acceso a la tragedia cotidiana de personajes demasiado comunes para permanecer indiferentes ante ellos. Somos testigos del decurso de sus vidas que se extienden por sendas tortuosas –y he aquí otro pivote de la extraña simplicidad de estos relatos–, hasta desembocar en desenlaces que no podemos prever e intuir. Esta imprevisibilidad de la trama y su discurso simple, que se estructura en tono de confesión, originan mucha de la tensión que se percibe en los cuentos.” (Tomado de la Nota ad limina de José Francisco Velásquez Gago)

3) Plantas usuales en la medicina popular venezolana (Divulgación científica, 1997), Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la ULA, 211 páginas.

Reseña de la contraportada: El creciente interés de la población venezolana por la medicina Herbaria, aumenta en la medida que avanza el deterioro de la calidad de vida, y que se hace más difícil el acceso de un grueso número de compatriotas a la denominada Medicina Alopática o Académica. No obstante, el hombre común, el estudiante universitario, el profesional y el especialista, ven con preocupación la proliferación de toda una suerte de charlatanes que intentan hacerse de la credibilidad del colectivo. Surge de inmediato la necesidad de contar con herramientas serias, producto de investigaciones, que puedan llenar el vacío existente a nivel de bibliografía de esta importante y desasistida área del conocimiento. Plantas usuales en la medicina popular venezolana nace de una investigación etnobotánica avalada por el CDCHT-ULA (bajo el proyecto titulado: Plantas medicinales de la ciudad de Mérida) la cual indagó en un universo poblacional de más de 1.400 personas, acerca de la utilización de especies medicinales, sus nombres comunes, los usos, las dosis, los órganos vegetales involucrados y los efectos colaterales. A lo largo de dos años su autor, y un grupo de estudiantes universitarios, se dieron a la fatigosa tarea de visitar casa por casa, persona a persona, con el ánimo de captar la información etnobotánica que ha ido pasando de generación en generación y que tiende a perderse en la neblina de los tiempos. Fue voluminoso el material coleccionado que tuvo que ser sistematizado con el fin de presentarlo de una manera sencilla –aunque sin perder el rigor científico– con el ánimo de contribuir al mayor y mejor conocimiento de la muy vasta flora medicinal venezolana y para el provecho de la comunidad.

La información obtenida de la investigación fue enriquecida con numerosos aspectos atinentes a las plantas; tales como: nombres científicos, familias botánicas, carácter químico predominante, descripción botánica y un glosario de términos médicos y botánicos. Se incluyen más de cien ilustraciones en blanco y negro realizadas directamente de material fresco, para facilitar el reconocimiento de las plantas por parte del amplio público al cual va dirigido el libro.

4) El otro lado de la pared (Cuentos, 1998), Consejo de Publicaciones de la ULA, 98 páginas.

Reseña de la contraportada: “La narrativa de Ricardo Gil Otaiza es un buceo contumaz en la realidad inmediata de la gente, del mundo, de las cosas, donde el autor se detiene con calmada, tenue y amable complicidad, siempre con ánimo de mejor explicar y explicarse del ambiente problematizado en el cual nos movemos.

Mucho hay que seguir esperando del trabajo y los días de este benevolente inquisidor de los entresijos del alma humana y de las virtudes salutíferas de las yerbas y de las plantas en general.” Denzil Romero

5) Corriente profunda (Poesía, 1998), Vicerrectorado Académico de la ULA, 111 páginas.

Reseña de la contraportada: “Celebro que la iniciación poética de Ricardo Gil Otaiza no esté signada por la expresión fatua, la exaltación de una naturaleza cansada de nada originales elogios. Interioriza, explora su propio pensamiento frente a la perplejidad de un mundo agotado de podredumbre.

Sus preocupaciones ontológicas ante su percepción extramuros, que todo auténtico poeta y narrador debería exhibir, convierten su escritura poética en múltiples y estremecedores testimonios.

En un libro en el cual lucubra respecto a la mundanidad, el afamado filósofo español Julián Marías sostuvo “que el mundo es este mundo determinado y no otro, y que la palabra mundo identifica a la Tierra”. Empero, yo digo que el Hombre es el instrumento racional del mundo y la palabra poética –es decir, metafísicamente cuanto precede a todo– su máxima representación. Por ello Gil Otaiza no yerra: la poesía ha de ser –cuando no parecer– formulación filosófica. Porque, únicamente bajo tales características será siempre superior.”  (Tomado del Prólogo a lo profundo de una corriente de Alberto Jiménez Ure)

6) Una línea indecisa (Novela, 1999). Monte Ávila Editores Latinoamericana y CDCHT de la ULA, 110 páginas.

Reseña de la contraportada: Asumir la vida del otro desde una singular perspectiva es el eje central de esta novela de Ricardo Gil Otaiza. En ella se ficcionalizan los aspectos más significativos de la vida del más insigne poeta romántico venezolano, Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892), a través del monólogo interior de su hermana Elodia Carolina, que avanza y retrocede en una constante indagación de la memoria y en ocasiones cede la palabra a una serie de cartas imaginarias intercambiadas entre ella y el poeta. Según Lubio Cardozo, “la grata riqueza expresiva de Una línea indecisa no le permitirá pasar desapercibida al lector contemporáneo. En esta novela se encuentra un mundo espiritual venezolano muy fino y muy propio de los ambientes familiares de fines del siglo XIX”.

7) Breve diccionario de plantas medicinales (Divulgación científica, 1999). Los Libros de El Nacional, 247 páginas.

Reseña de la contraportada: La medicina herbaria nace con el hombre. Este lento proceso de aprendizaje vinculado a la sobrevivencia continúa a lo largo de la historia de la civilización humana; recordemos por ejemplo la figura de Hipócrates, padre de la medicina y propulsor de la idea de llevar una vida sana y equilibrada, o la famosa escuela de Salerno, de notoria influencia en la Europa medieval. El uso de las plantas medicinales constituye pues una rica y antigua tradición que se mantiene viva en la cultura popular y es cada vez más valorada por la sociedad entera.

En este Breve diccionario de plantas medicinales, el lector encontrará útil información terapéutica acerca de plantas de uso cotidiano en la cocina, como el ajo, la zanahoria o el perejil, pasando por hierbas perfumadas como como el toronjil, la menta o el simple té, hasta frutales tan familiares como la patilla, el mango o la manzana. Producto de una intensa y exhaustiva investigación etnobotánica llevada a cabo por Ricardo Gil Otaiza, joven científico de la Universidad de Los Andes, este diccionario profusamente ilustrado aspiraa convertirse  en una confiable fuente de consulta y referencia para todos aquellos amantes de la medicina natural.

8) La universidad como proyecto de Estado. Misión y visión de la universidad autónoma venezolana (Estudio, 2000). Vicerrectorado Académico de la ULA, 155 páginas.

Reseña de la contraportada: El análisis de la congruencia entre el sentido de lo que es y lo que debe ser la educación superior en Venezuela es tema de profunda actualidad porque estamos en un momento estelarísimo de nuestra historia en donde debemos comprender a cabalidad el significado de nuestro destino. Para ello es necesario analizar lo que tenemos y de dónde vienen las fuentes que lo inspiran. A partir del reconocimiento de qué es lo propio, lo mezclado y lo producido, podremos desde un SUJETO que CONOCE orientar lo qque queremos. Un trabajo que como éste apunta al reconocimiento de la práctica cotidiana de un fenómeno, es indiscutiblemente valioso para la reflexión y toma de decisiones que están en nuestras manos. (Tomado del Proemio de Ernestina Galíndez M.)

9) Manual del vencedor (Poesía, 2001). Talleres Gráficos Universitarios, 109 páginas.

10) Hombre solitario y otros relatos (Cuentos, 2002). Consejo de Publicaciones ULA, 162 páginas

Reseña de la contraportada: Hombre solitario es un compendio de relatos en el que se plasma la tragedia del ser humano contemporáneo, sin que se pierda de vista la posibilidad de redención. En los textos (cuya totalidad toma el título del cuento de mayor extensión) se hurga con pasmoso interés en el héroe anónimo derrotado (el antihéroe); ese personaje que deja tras de sí huellas de dolor y de frustración. Empero, el libro no muestra carácter pesimista, sino que se yergue sobre la realidad de sus personajes fundamentales: el amor, la amistad, la lealtad y el altruismo. Cada relato –a pesar de responder a una unidad interna– mantiene, per se, su individualidad, lo que posibilita una lectura desde cualquier ángulo, sin que por ello el lector se extravíe o se agote en el intento.

En Hombre solitario la universalidad de las historias y de los personajes favorece su comprensión por parte de todo público, que en cualquiera de los relatos sentirá la situación como suya, tal como si hubiese sido calcada de su entorno consustancial y particular. Las tragedias narradas forman parte de la otra cara del ser humano, sin llegar necesariamente al extremo de la crueldad o del amarillismo sensorial y perceptivo. Por otra parte, cada narración guarda dentro de sí elementos que le serán atractivos al lector de hoy, tales como: la aventura, el suspenso, el erotismo, la pasión y el humor. En cuanto a las técnicas narrativas, el autor hace uso de diversos elementos  que le imprimen a las narraciones agilidad e interés, ya sea preconizando un comienzo lineal y un final en retruécano, o conduciendo al lector a una cima en la que todo es posible, pero nada es previsible. En algunos textos el final es sorpresivo; en otros, se utiliza la técnica narrativa de la novela en la que se describen al detalle los ambientes, mientras que los personajes son llevados hacia un derrotero común, en el que el destino se cierra sobre sí mismo dejando una sensación orgiástica y vital.

11) Herbolario tradicional venezolano (Divulgación científica, 2003, 2005, 2009), en coautoría con Juan Carmona Arzola. Consejo de Publicaciones de la ULA, 221 páginas.

Reseña de la contraportada: El vocablo “herbolario” tiene distintas acepciones según la Real Academia de la Lengua Española. En todo caso, tiene implicaciones prácticas a la hora de abordar actividades que atañen más o menos directamente a las plantas medicinales y sus usos terapéuticos. Circunscribiéndonos entonces a ese amplio espectro de implicaciones lingüísticas sometemos a consideración de los lectores el presente libro, que nace de una exhaustiva y profusa actividad etnobotánica en Lagunillas, interesante y hermosa zona de los Andes venezolanos en la que se amalgaman viejas tradiciones orales transmitidas de generación en generación.

Al afirmar que este libro nace de una actividad etnobotánica nos referimos en todo caso al producto de una exploración científica en la que la relación hombre-medio entorno cumple una importantísima función, pues la biodiversidad vegetal de la zona ha surtido de remedios –desde tiempos inmemoriales– a sus habitantes. Múltiples exploraciones de indagación, así como un contacto permanente con las comunidades, fueron necesarios para recopilar importante información sobre el uso de las especies vegetales medicinales, sus métodos de preparación y las dosis terapéuticas recomendadas por la tradición oral.

Hemos incluido como complemento otros aspectos que forman parte de las ciencias sociales, muy útiles en la decodificación cultural de la población en estudio.

12) En el tintero Volumen I (Artículos y Ensayos, 2004). Ediciones del rectorado de la ULA, 459 páginas.

Reseña de la contraportada: Como en una gran fiesta discursiva, en estos volúmenes que nos entrega Ricardo Gil Otaiza, encontramos diversidad de textos que nos llevan a indagar en las profundidades de una cotidianidad que muchas veces desborda los sentidos, y nos coloca ante la perplejidad y deleite de lo francamente inverosímil, o de lo estoicamente verdadero. De la mano del ensayo, de la crónica, del cuento, o de la parodia, el autor se interna en el inconsciente colectivo, para intentar –¿en vano?– dar respuesta a sus propias interrogantes existenciales, y así acompañarnos en el complejo viaje vital a través de la irreverencia de la palabra.

En el tintero constituye una suerte de vitrina, cuya intención no se queda solo en el mero análisis intelectual de un fenómeno social, sino que busca explorar en su génesis para captar en toda su magnitud la naturaleza de lo contado. En estos escritos (algunos de ellos con más de diez años de data) el autor parte de lo sencillo y de lo trivial –con a inocultable esperanza de alcanzar lo universal–, dejando muy sentado que cada página, cada texto, cada entrega, es de por sí toda una aventura personal, intelectual y literaria, que lo empuja semana a semana a continuar indagando en el complejo mundo de las formas, y hasta de lo intangible.

13) En el tintero Volumen II (Ensayos y Artículos, 2004). Ediciones del Rectorado de la ULA, 501 páginas. 

14) Ser felices por siempre (Ensayo filosófico, 2005, 2014). Publicaciones del Vicerrectorado Académico de la ULA, 184 páginas. Ediciones San Pablo, 158 páginas.

Reseña de la contraportada: Es un atávico deseo de la humanidad y muy pocas personas a lo largo de la historia han manifestado haber vivido ese estado supremo, esa cumbre máxima de realización total. Es más, los santos han tenido una existencia plena de sufrimientos y de privaciones, y han reconocido que sólo es posible alcanzar la felicidad en un estado de gracia y de comunicación con un Ser Supremo. Nosotros –más mundanos y con mensos santidad– no podemos darnos el lujo de aspirar a establecer contacto con una deidad para alcanzar el gozo pleno, la dicha y la felicidad. Buscamos atajos, caminos cortos, intentamos trochas y es allí donde quedamos ciegos frente a hechos, personas y circunstancias que pudieran significar para nosotros bocetos de cielo y pedacitos del ansiado paraíso terrenal.

15) Los libros todavía estaban allí. Ensayos de literatura contemporánea (Ensayos, 2006). Consejo de Publicaciones de la ULA, 249 páginas.

Reseña de la contraportada: En Los libros todavía estaban allí. Ensayos de literatura contemporánea, Ricardo Gil Otaiza nos presenta una obra a través de la cual discurre en torno a su propia visión literaria, acercándonos a autores y a obras fundamentales de nuestro tiempo como elementos clave para la comprensión del mundo y de lo verdaderamente humano.

El autor, a lo largo de estas páginas, nos refiere a viejas y frescas voces literarias que se entretejen a partir de la plataforma de un denso tejido argumental: crítica y reflexión, disfrute y pasión, análisis y experiencia personal… deja así sembrada en el lector el ansia de acercarse al libro como objeto y como sujeto, y de ser ganado para siempre al deseo monterrosiano de despertar y encontrarse todavía allí, en medio de ellos.   

16) Tulio Febres Cordero (Biografía, 2007) Vol. 60. Biblioteca Biográfica Venezolana. El Nacional. Bancaribe, 133 páginas.

Reseña de la contraportada: “Esta biografía de Tulio Febres Cordero escrita por Ricardo Gil Otaiza es el redescubrimiento de un intelectual que, sin desdeñar el mundo exterior, se aferró a su tierra natal y le dedicó todos sus desvelos de escritor. Don Tulio repartió su vida de por mitad en los siglos XIX y XX, pues nació en Mérida en 1860 y murió allá en 1938. Conoció los años del aislamiento absoluto de los Andes y también los años en que su ciudad pudo comunicarse con el resto del país, del caballo al automóvil.

Aun cuando en Mérida se le consideró patriarca de las letras, la fama de escritor no trascendió de sus montañas: él mismo se obstinó en mirar hacia adentro, arraigar en su tierra y contar su historia, sus anales, leyendas, fábulas y mitos. Aun cuando de origen de discreta alcurnia, como lo relata con sutileza Gil Otaiza, don Tulio amaba el trabajo en todas sus formas. Fue zapatero y relojero, quizás por afanes de curiosidad, pero fundamentalmente impresos y tipógrafo, y con la tipografía solía darle riendas a la imaginación.

Autor de obra vasta y variada, en los albores del siglo XX escribió Don Quijote en América o sea la cuarta salida del ingenioso Hidalgo de La Mancha, en cuyas páginas exhibió cultura y gracia. “El escritor merideño por ese prodigio… luce hoy como un autor adelantado a su época, anota Gil Otaiza, para quien la intertextualidad no era problema a la hora de buscar una solución creíble y verosímil a su propia desmesura”. Ante los positivistas que dominan la escena, “Don Tulio se levanta con su obra para denunciar el empeño del denominado e idolatrado progreso en pretender revertir el orden natural de las cosas”. Esta es la primera biografía que se escribe sobre un personaje fundamental de nuestra cultura. (Simón Alberto Consalvi)

17) Perspectivas de la educación superior venezolana en un mundo globalizado (Estudio, 2007). Consejo de Publicaciones de la ULA, 233 páginas.

Reseña de la contraportada: En este libro, el autor nos propone la reflexión permanente en torno al álgido y problemático tema de la educación superior venezolana, y de manera particular de las universidades autónomas, en donde ha ejercido la docencia durante largo tiempo. Sobre la base de diversas concepciones filosóficas y epistemológicas que buscan la excelencia en el quehacer de la universidad venezolana, Gil Otaiza nos aproxima a la comprensión de sus opciones como institución: seguir fungiendo de espejo de una sociedad enferma, en crisis, que no ha podido develar su propio camino, o, por el contrario, ser definitivamente “la casa que vence las sombras”. Sin pretensiones de querer sentar cátedra sobre la materia, el autor nos hace cómplices de sus no-certezas, y nos invita a seguirle en su infatigable búsqueda académica por los senderos de la palabra escrita.

18) El extraño vicio de escribir. Ensayos de literatura contemporánea (Ensayos, 2011). Consejo de Publicaciones de la ULA, 230 páginas.

Reseña de la contraportada: El mismo autor de Los libros todavía estaban allí. Ensayos de literatura contemporánea (Consejo de Publicaciones, 2006) regresa con otro libro sobre su experiencia de lectura y escritura. En El extraño vicio de escribir. Ensayos de literatura contemporánea, Gil Otaiza entrega 50 textos  breves que nos guían por los caminos de la literatura y de sus más conspicuos creadores de la actualidad, agregándose a ello la peculiaridad de que en algunos de ellos nos cuenta cómo ha sido su propio proceso creativo. El autor reflexiona sobre su obra y fija posición crítica ante ella para desvelarnos los profundos mecanismos conscientes e inconscientes que llevan a un escritor a construir ensayo y narrativa sin perderse en el intento. 

19) Tulio Febres Cordero genio y figura (Ensayos, 2010). Consejo de Publicaciones de la ULA, 115 páginas.

Reseña de la contraportada: En esta ocasión, Gil Otaiza quiso reunir en un solo libro varios de los textos que sobre la obra y figura de Tulio Febres Cordero (1860-1938) ha escrito en los últimos tiempos, porque –según él– siente que en el 450 aniversario de la Mérida que tanto amó nuestro querido e ilustre personaje es un modesto homenaje que rinde a la ciudad que lo vio nacer y que hoy vemos -lamentablemente– tan desmerecida. ¿Por qué Tulio Febres Cordero? Por una razón muy sencilla: él representa el arquetipo del intelectual comprometido, emblemático, que no dio descanso a su pluma para vivificar con ella su pequeña y bucólica urbe.

20) Trilogía de espectros (Cuentos, 2010). Fondo de Publicaciones de la Asociación de Profesores de la ULA, 103 páginas.

Primer Premio narrativa APULA 2008

Reseña de la contraportada: En Trilogía de espectros asistimos al encuentro de diversos mundos narrativos que, desde la posibilidad estética del cuento, abordan la realidad en un in crescendo solo verificable a través del cotejo de cada historia y de cada personaje. En estos relatos hallamos la complejidad de existencias marcadas por destinos distintos, por visiones contrapuestas, por derroteros urdidos desde la cotidianidad, que paradójicamente hacen inexistentes los límites entre lo real y lo ficcional.

Nos topamos, pues, con tres libros fundidos en uno solo, que representan un continuum, una misma experiencia literaria, que al abrirse en disímiles espectros sensoriales nos permiten acercarnos al denso entramado de la certeza y de la incertidumbre de la humano.

21) Tiempos complejos ¿Fin del método científico? (Ensayo filosófico, 2010, 2013). Fondo de Publicaciones de Asociación de Profesores de la ULA, 154 páginas. Vicerrectorado Administrativo de la ULA, 145 páginas.

Primer Premio Ensayo APULA 2008.

Reseña de la contraportada: Solemos simplificar la realidad a los efectos de comprenderla, de asirla, de interpretarla. Es decir, en nuestro afán didáctico buscamos respuestas donde solo podemos hallar preguntas. No logramos ubicar en nuestro contexto mental y cognitivo las claves para una comprensión fenomenológica, que muchas veces escapa a nuestras posibilidades intelectuales.

Nos hallamos en un punto de inflexión de la historia de la humanidad y del conocimiento en el que los cimientos del paradigma newtoniano-cartesiano-kantiano, sobre los que se edificaron los recientes siglos de la civilización occidental, están siendo realmente interpelados.

Visto el panorama paradigmático presente, no podemos menos que analizar su vasta implicación en nuestras vidas. Definitivamente, la ciencia, tal y como siempre la habíamos concebido (antes y después de ella no hay realidad posible), hoy está siendo cuestionada para que responda a las necesidades sociales y planetarias. 

22) Jiménez Ure ante la crítica gilotaiziana (Crítica Literaria, 2010), Vicerrectorado Académico de la ULA, 133 páginas.

Reseña de la contraportada: Se reúnen los diversos ensayos que Ricardo Gil Otaiza ha publicado en la prensa nacional, y en diversas revistas literarias, en torno de la obra y de la figura del poeta, ensayista, novelista, cuentista, filósofo y articulista venezolano Alberto Jiménez Ure. Se incluye además un diálogo en la TV-ULA entre Gil Otaiza y Jiménez Ure y la entrevista que Gil Otaiza le hiciera a  Jiménez Ure, titulada: ¿Una escritura bajo el signo de la perversión?

23) Cuentos (Antología personal) (Cuentos, 2010). Vicerrectorado Administrativo de la ULA. ALEPH Universitaria, 261 páginas.

Reseña de la contraportada: Estamos ante el narrador vanguardista más importante y talentoso de su generación (Década de los Años 90/XX). Entre sus más sobresalientes libros, mencionaremos: Espacio sin límite (Novela, 1985), Paraíso olvidado (Cuentos, 1996) y más recientemente Trilogía de espectros (Cuentos, 2010). Escritor polifacético y varias veces galardonado, con indiscutible acierto también ha publicado ensayos literarios y trabajos científicos. La presente antología (compilación personal) reúne lo que el autor considera que son sus mejores relatos, escritos durante más de dos décadas de ininterrumpida labor literaria.

24) Breve diccionario del naturismo (Divulgación científica, 2010). Los Libros de El Nacional, 127 páginas.

Reseña de la contraportada: Mantener una vida saludable resulta, hoy en día, una tarea ardua. Con la velocidad vertiginosa de la modernidad hemos olvidado los beneficios que las plantas le han ofrecido al hombre desde tiempos inmemoriales,, una tradición oral que ofrece remedios y soluciones a problemas comunes de la salud. Ya sea un fuerte dolor de cabeza o problemas gástricos, la medicina natural complemente la llamada tradicional, para así poder alcanzar una vida plena tanto física como espiritualmente.

El naturismo es más que el uso de plantas medicinales, es una forma de vida que ofrece simples recetas para preparar en casa, ejercicios y prácticas espirituales.

Este breve diccionario reúne conceptos básicos relacionados con el naturismo, aquí encontrará no solo la definición de la terminología sino también recomendaciones y recetas prácticas, heredadas de esa tradición oral, que nos ayudan a mantener una vida saludable. Escrito de manera clara y sencilla por una autoridad en la materia, este libro le ofrece al lector interesado en las prácticas naturistas, los conceptos usados por los especialistas, personajes y tendencias en materia de naturismo.   

25) Universidad de Los Andes fundación en tres actos y un epílogo (Ensayo, 2010). Consejo de Publicaciones de la ULA, 60 páginas.

Reseña de la contraportada: La colección BICENTENARIO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES constituye un esfuerzo del Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes para editar un grupo de ensayos de profesores-investigadores, fundamentalmente de la Universidad de Los Andes, pero también de otras universidades del país, en torno a la efemérides del 21 de septiembre de 1810, fecha en la que se expide el decreto de la Junta Gubernativa de la provincia que crea la Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los caballeros. Esta colección integra algunos testimonios y fundamentalmente la historia y enfoques sobre tal acontecimiento, buscando así acrecentar el patrimonio humanístico del país y especialmente de nuestra universidad.

26) La impronta intercultural como arquetipo en el mundo de Tulio Febres Cordero (Ensayo, 2010). Consejo de Publicaciones de la ULA, 62 páginas.

Reseña de la contraportada: La COLECCIÓN SEQUISCENTENARIO DON TULIO FEBRES CORDERO constituye un esfuerzo del Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes por editar un grupo de ensayos de profesores-investigadores de la Universidad de Los Andes en torno a los ciento cincuenta años del nacimiento de Don Tulio Febres Cordero como escritor, ícono y figura de las letras merideñas y venezolanas. Esta colección integra algunos testimonios y enfoque sobre la obra y pensamiento de Don Tulio Febres Cordero, buscando así acrecentar el patrimonio humanístico del país y especialmente de Mérida y nuestra universidad.

27) El papel contra el olvido (Ensayos, 2011). Consejo de Publicaciones de la ULA, 327 páginas.

Reseña de la contraportada: En El papel contra el olvido hallamos la confluencia de disímiles textos ensayísticos nacidos en tiempos distintos, pero que parten del común denominador de referirse a autores (algunos de ellos clásicos contemporáneos) y a sus obras literarias. Cada texto fue pensado desde la pasión por la palabra impresa, y responde a la necesidad de hacer de la lectura un proceso de enriquecimiento, ergo, de introspección personal.

La palabra eternizada en el papel continúa siendo en nuestros días una opción fundamental frente a la desmemoria colectiva –frente al olvido– que amenaza con convertirse en el emblema de una civilización de lo electrónico y de lo virtual, que se empeña –quizás con éxito– en hacer del libro tradicional un bien cultural (¿objeto?) en franco proceso de obsolescencia.

28) Lector de libros. Ensayos de literatura contemporánea (Ensayos, 2014), 289 páginas.

Reseña de la contraportada: La vida del texto de periódico es breve, efímera, y con ella el interés que suscita entre quienes se acercan a él (aunque he vivido casos de artículos que han pasado la prueba de fuego del tiempo y aún después de años siguen siendo leídos y analizados en diversos contextos intelectuales y académicos). La vida del libro aspira a ser más larga (eterna), aunque con la “novedad” literaria mueren a diario cientos de miles de libros en todo el orbe, que en algún momento aspiraron a quedarse para siempre. Empero, si se tiene un lector, el libro perdura no sólo durante el tiempo de la lectura, sino también hasta que su proceso se haga memoria y eternidad. Brevedad y eternidad son, pues, dos caras de una misma moneda: la palabra escrita.

29) Notas de pie de página (Ensayos, 2016). Fundación para el desarrollo cultural de Estado Mérida FUNDECEM, 235 páginas.

Reseña de la contraportada: Una palabra, una frase, una oración, o una simple nota, bastan para que en la mente del autor se genere una combustión (mecanismo de acción), que termine en “algo” original y novedoso. Así nace la obra en toda su connotación epistémica y teleológica. En lo particular, considero que estos textos conjuntados en el tomo que he titulado Notas de pie de página, y que hoy tiene en sus manos, son dignos de llegar a libro y no queden así en ese limbo que constituye la etérea página del periódico, que termina siendo instrumento para otros quehaceres ajenos al terreno de lo intelectual y de la creación, hasta caer en el silencio. Con el libro (destino anhelado por todo creador literario) estas piezas de seguro tendrán mayores posibilidades de vida.

30) Sabía que era inmortal (Novela, 2016). Editorial Equinoccio. El Estilete, 392 páginas.

Reseña de la contraportada:  Un escritor mexicano realiza una búsqueda e Internet de su apellido y el resultado será una misteriosa conexión con su pasado remoto en los Andes venezolanos, lo que lo empujará a una investigación histórica y literaria de algo más de algo más que el argumento para su siguiente novela. Construida sobre una trama que cuenta dos historias separadas por varios siglos, Sabía que era inmortal nos presenta un rico juego de desplazamientos, en el que la identidad, la voz narrativa, los móviles de los personajes y las dimensiones de la narración se cruzan y mezclan tantas veces y con tanta astucia que el lector deberá sumergirse en su universo para seguirle la pista al narrador. Y como un personaje más, ayudará a correr la cortina que oculta a los nombres olvidados de la historia para enmendar los errores y compensar las faltas pasadas gracias al inagotable poder de la literatura, personaje principal de esta novela.

El autor logra llevarnos por un viaje a las raíces, siempre hacia adelante y lleno de descubrimientos, para hacer examen de quiénes somos y de quiénes podemos ser.  (Bernardo Navarro Villarreal)

31) El gesto de ensayar (Ensayos, 2017). Editorial Académica Española, 311 páginas.

Reseña de la contraportada: Al presente volumen lo constituyen diversidad de textos ensayísticos (148 en total) de corte literario y académico (remembranza, crítica, recensión de obras, crónica, Ars literaria, filosofía de la ciencia, epistemología, ecología, etc.), breves en su mayoría, en los que ausculto, exploro, espío y fisgoneo en las obras literarias de autores venezolanos, latinoamericanos y también europeos. Incluyo además textos de corte filosófico-reflexivo, en los que merodeo en torno de la realidad científica y planetaria y en sus crueles artificios que afectan a diario nuestras vidas. La totalidad de las piezas incluidas en el tomo han visto luz en la gran prensa nacional venezolana; no así bajo la forma libresca. Cada texto fue pensado y escrito para terminar en libro, y para que lectores de distintos contextos y latitudes vean reflejados en ellos sus propias realidades y pensamientos.

32) Pronto llega octubre (Memorias, 2020). JustFiction! Edition, 229 páginas.

Reseña de la contraportada: He llegado a la madurez de mi vida y de mi obra, al “octubre de la existencia”, y es ahora cuando siento la necesidad de expresar recuerdos, instantes, momentos vividos al calor del hogar paterno, o de la vida familiar, profesional y literaria. La edad cae encima como el sol de mediodía (o de la tarde, como quieran) y con su peso nos empuja a develar mucho de lo que llevamos dentro, y en el proceso nos hacemos libres. Llega el momento en el que nos planteamos como meta el recordar, como si con dicha tarea (muchas veces satisfactoria; otras, un tanto triste) reconstruyésemos parte de nuestra existencia, y pusiésemos en orden cosas apiladas con el correr de los años para así seguir adelante con mayor fuerza y determinación por los sinuosos caminos del mundo.

Les aseguro que estos textos representan lo más cercano que se pueda considerar como mis “memorias” (o des-memorias como las he llamado siempre), sólo que me resisto a suponer que una vida asumida a plenitud entre en un libro; porque la verdadera, la que se respira y transpira, la que se bate con las vicisitudes y los tropiezos del día a día, es imponderable y trasciende la cuadratura de una página.

33) Para no perder la cordura (Ensayos, 2020). JustFiction! Edition, 341 páginas.

Reseña de la contraportada. En el momento en el que preparo esta obra el mundo exterior (y mi propio mundo) se conmueve con una terrible pandemia, y la lectura y la escritura han sido (más que cualquier otro producto cultural: televisión, cine, juegos) mi tabla de salvación para no ser presa de la locura. Y si a esto aúno la inmensa crisis política, económica y social de Venezuela durante varios años, pues no quedan muchas explicaciones por dar.

El título acarrea en sí su propia ambigüedad: la literatura es también una suerte de desvarío, nos lo recuerda Cervantes.

De los 146 ensayos incluidos en el volumen, casi todos fueron escritos inicialmente para la gran prensa y algunos como trabajos académicos, pero todos hablan de mi pasión lectora y emergieron como catarsis o tal vez como aliciente en circunstancias duras de mi existencia.

34) La imagen que me contempla. Diarios 2019 (Diarios, 2020). JustFiction! Edition, 213 páginas.

Reseña de la contraportada: Este libro no fue nada fácil para mí, lo escribí desgranando los días de un año tormentoso, en el que me vi impelido a repensar mi existencia y a retomar mi destino.

El lector tiene en sus manos una gran diversidad de textos, y en muchos de ellos podrá ver contemplada su propia imagen. La experiencia vital que aquí descubro no es ajena a la de los otros: al final somos una misma humanidad a la que atenazan idénticas pasiones, y en ese amplio espectro de posibilidades se palpa en profundidad, o a flor de piel, la existencia, que es única y múltiple a la vez. Tú y yo reconociéndonos como seres iguales y distintos. ¡Todo un portento al que llamamos vida!  

35) El chico que leía a Borges poemas de amor (Cuentos, Inédito), 108 páginas.

Reseña para la contraportada: El volumen nació frente al asombro que me produce el poder constatar cómo la realidad calca a la literatura y muchas veces la supera (“…la realidad es desmesura, ambigüedad, artificio y asombro…”, lo dice uno de los personajes, como una manera de significar el poder de la fábula en nuestras vidas). Los artificios literarios se quedan cortos frente al desvarío propio del devenir, que con sus permanentes ramalazos azuza en el narrador su inventiva y enciende la chispa que echa a andar el proceso creador.

 

Compilador y Editor de cuatro libros

1) Cuentos de monte y culebra. Antología (Cuentos, 2009). Compiladores: Ricardo Gil Otaiza y Alirio Pérez Lo Presti. Consejo de Publicaciones de la ULA, 150 páginas.

Reseña de la contraportada: Cuentos de monte y culebra nace como respuesta  a la paradójica negación del “otro”, como una necesidad imperiosa de decir al país total que el talento literario no es una suerte de deseo concedido por un “genio” a una élite que ha usufrutuado (y lo sigue haciendo, por cierto) prebendas, aapoyos y toda suerte de dádivas para que “aflore” y muestre el talento, y es por lo tanto su supremacía (¡qué más da!, la lámpara maravillosa de Aladino no la podemos encontrar todos, así de sencillo).

2) Figuras de la merideñidad Vol. I (Ensayos biográficos, 2015). Editores académicos: Ricardo Gil Otaiza y Luis Ricardo Dávila. Vicerrectorado Administrativo ULA, Gráficas El Portatítulo, Academia de Mérida, Seccional de Profesores Jubilados de la APULA y Consejo de Publicaciones de la ULA, 491 páginas.

Reseña de la contraportada: Conscientes de la necesidad que tenemos de conocer nuestro pasado para comprender el presente, y de rendir homenaje a quienes han dado a Mérida su posición de preeminencia, entregamos Figuras de la merideñidad que, a manera de receptáculo, recoge la vida y la obra de 20 personajes insoslayables (nacidos o no en estas tierras), y cuya impronta civilizatoria y legado resaltan en la pluma de reconocidos autores, quienes han dado lo mejor de su talento para hacer de esta obra una fuente de obligada consulta, y referente inexorable de aquellos que son ya parte consustancial de las páginas de su historia.

3) Gerencia para el desarrollo humano. Unidad en la diversidad Vol. I (Estudios, 2016). Editores Académicos: Ricardo Gil Otaiza, Gladys Becerra Depablos y Mauro Briceño. Publicaciones del Vicerrectorado Académico de la ULA, 312 páginas.

Reseña de la contraportada:

El Libro

Con este primer volumen intitulado Gerencia para el desarrollo humano. Unidad en la diversidad, que tiene en sus manos, se agrega un nuevo producto académico derivado del Programa de Estudio Postdoctoral homónimo, primero en su estilo en la Universidad de Los Andes. Convergen en este denso tomo disímiles trabajos (20 en total), que vendrían a constituir la visión plural (y compleja) de los doctores participantes de la cohorte que diera inicio a la era postdoctoral en el seno de nuestra alma mater en torno a la inmensa problemática del hombre y la mujer de nuestros tiempos. Por su carácter multi y transdisciplinario, estos textos pasan desde ya a erigirse  en puntos de referencia insoslayables en eso que el autor Fritjof Capra ha institucionalizado como la “trama de la vida”. Es decir, la permanente interrelación (e inter-retroacción) entre los elementos constituyentes de la biosfera y que posibilitan a la vida, en todas sus manifestaciones, su prosecución en el tiempo.

Sin duda, un libro con sustanciales aportes para la comprensión de nuestra condición humana.

4) Gerencia para el desarrollo humano. Unidad en la diversidad Vol. II (Estudios, 2018). Editores Académicos: Ricardo Gil Otaiza, Gladys Becerra Depablos y Mauro Briceño. Publicaciones del Vicerrectorado Académico de la ULA,  306 páginas.

Reseña de la contraportada:

El Libro

Les entregamos a los lectores el segundo volumen de Gerencia para el Desarrollo Humano. Unidad en la diversidad, producto a su vez de las investigaciones realizadas por los integrantes de la segunda cohorte del postdoctorado del mismo nombre. El tomo consta de 15 artículos científicos desarrollados a lo largo del Programa Postdoctoral (1 año de trabajo académico), que viene a corroborar uno de los objetivos planteados desde hace años cuando le presentamos el proyecto a la Universidad de Los Andes: la generación de conocimiento. Desde ópticas diversas (esfuerzo multi y transdisciplinario) se enfoca la problemática del hombre y de la mujer de hoy, y todo confluye en la necesaria solidaridad que debe impelernos como científicos a voltear nuestra mirada hacia un mundo sufriente. Para decirlo con palabras del maestro Edgar Morin: “Una sociedad no puede progresar en complejidad más que progresando en solidaridad…”.

Aquí está de nuevo nuestra ofrenda en medio de la incertidumbre. Sus ideas tal vez generen nuevos bucles epistémicos. Ergo, ignotos desasosiegos.
      

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Ser en el ahora

 

Por: Ricardo Gil Otaiza. 

Suele decirse, no sin razón, que la vida imita al arte. Pues bien, amigos, en la frase poética se dan de manera simultánea “Ritmo, imagen y sentido”, sin los cuales no habría la poesía tal y como la conocemos, nos lo recuerda el gran escritor mexicano Octavio Paz. La vida como remedo de la literatura se mueve también bajo ciertos parámetros, que hacen de ella un “todo” autárquico, que se cierra sobre sí mismo, sin cuya perfección la realidad perdería su razón de ser. La pandemia ha tenido el efecto social de modificar el ritmo de las cosas, pero no así la imagen y el sentido. O lo que es lo mismo: la existencia de pronto ha perdido su métrica para hacerse más prosaica. Es decir, más humana.

La ausencia del ritmo de siempre y su impronta avasallante derivada de la cultura de masas, de repente se transforma en algo más profundo, más conectado con lo interior, más intrínsecamente superior al de antes, porque representa la imagen y el sentido.

Sin duda, la pandemia cambia a paso acelerado nuestras vidas. De estar insertos en un mundo dinámico, atosigado de calle y de ruidos, del ir de aquí a allá, de vérnoslas con amigos y compañeros de trabajo, pasamos al extremo de la quietud sin previo aviso. De la noche a la mañana nos vimos obligados a resguardarnos en nuestros hogares, sin otro contacto con el mundo que la tecnología digital, o las furtivas salidas para la compra de alimentos y de medicinas. No nos extrañe, pues, que a muchos corresponda (y con urgencia) aprender el exquisito arte de la convivencia familiar. No es lo mismo estar en casa unas horas, que durante todo el día, sorteando entre todos, grandes y chicos, los altibajos propios de un encierro, que se torna dramático en la medida que pasa el tiempo, y cuya vislumbre no es nada halagüeña. Y si a esto aunamos las posibles refriegas producto de los distintos caracteres, humores y miedos, pues ya me dirán si no se hace imperativo este nuevo aprendizaje, que no teníamos en lista.

Sin embargo, hay otros a quienes nos corresponde aprender a vivir con nosotros mismos, ya que la diáspora obligó al resto de los miembros del clan a emigrar hacia otros destinos. No es nada fácil entendérnoslas con nuestro Yo, que clama a cada instante atención y un sosiego que sólo podrá dárnoslos la introspección, es decir, el mirar hacia dentro de nosotros, el auscultar en donde anidan la razón y los sentimientos, para hallar la raíz de nuestra esencia más profunda. Sin duda, queridos amigos, un ejercicio de verdadero estoicismo.

La sociedad y el mundo cambian y el no estar preparados para esto en lo personal y familiar, podría desencadenar una auténtica hecatombe existencial. El refugio en la espiritualidad, en la lectura y en la reflexión, entre otras alternativas, podría ser una herramienta de ayuda para quienes enfrentamos la pandemia sin el cobijo de los otros. De igual manera, la tolerancia y el amor entre los miembros de la familia serán útiles para agigantar la relación y así llegar al final de la crisis fortalecidos, pero además dispuestos a sortear el destino.

Desde el ahora

Quizás no hemos tomado conciencia aún de que todo esto pasará, y así como de la noche a la mañana nos vimos obligados a confinarnos en nuestros hogares, para detener la propagación del virus, llegará también el momento de reanudar nuestras vidas: el trabajo, las relaciones de amistad, el ir y venir en calles y avenidas; los muchachos al colegio, las compras en el mall... En fin: todo eso a lo que llamamos cotidianidad. ¿A corto o a mediano plazo? No lo sabemos, pero llegará, porque nada en este mundo es eterno y la vida fluye como el caudal de un río portentoso que va a dar al mar. Si bien todo esto ha sido un constante aprendizaje, por tratarse de una situación inédita en nuestras vidas, el regresar a la corriente de la existencia requerirá también el que revisemos unas cuantas premisas, que nos permitan reinsertarnos renovados, lúcidos, con la mirada diáfana en un mundo sin fronteras que aguarda por nosotros.

No obstante, amigos, el prepararnos deberá ser desde el presente, no hay otro momento; es éste con el único que contamos. Un filósofo dijo alguna una vez que no existen el pasado ni el futuro, sino que desde nuestro “ahora” caminamos, y al hacerlo vamos abriendo ese espacio al que desde siempre llamamos vida, en un continuum, en un perenne insistir, en un esfuerzo delicioso (a veces no tanto) por construir la realidad. El poeta Antonio Macho así lo versificó: caminante no hay camino, se hace camino al andar.

En otras palabras, llegó el momento de reinventarnos para lo que vendrá, de remozar nuestro rostro, de fortalecer nuestras emociones, de construir eso que hace ya muchos años nuestros abuelos llamaron con el perfecto y poético vocablo de templanza, y que nosotros de alguna manera dejamos olvidado en el viejo diccionario. Ingente tarea, sin duda, porque requiere de empeño, de pasión, de disciplina y de muchas ganas de arrancarle a la existencia nuevas y prometedoras páginas para nuestra historia personal, familiar y colectiva. Empecemos, pues, el mañana es también el ahora.

@GilOtaiza

rigilo99@gmail.com
rigilo99@hotmail.com

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Reflexiones

 

Por: Ricardo Gil Otaiza. 

El paréntesis que entre nosotros ha significado el confinamiento por la pandemia, ha surtido el efecto de que se haya despertado con fuerza inusitada la noción del existir. Hasta ahora la dábamos como algo natural, consustancial a nuestro arribo al mundo, y la supeditábamos a cuestiones secundarias porque supuestamente era algo que estaba dado, pero resulta que no es así. El temor generado por el contagio y todo lo que de esto deriva, nos ha quitado una venda de los ojos, nos ha interpelado de manera profunda, nos ha movido el piso hasta el punto de revalorar todo aquello que habíamos pasado inadvertido como si de un telón de fondo se tratara.

Solemos descartar por obvia la existencia, como si no fuese ella misma un portento de la vida. La cotidianidad nos trapa en sus pedestres garras, y de manera inadvertida la asumimos como el Todo de nuestro paso por la tierra, dejando de lado tantas aristas y posibilidades, que tiramos por la borda la opción de hacernos múltiples y diversos, a lo que estamos llamados por nuestra propia naturaleza. Ergo, seres de lo fáctico, y a la vez de lo abstracto. Una de las potenciales ventajas de situaciones como las que vivimos por la pandemia, es precisamente el poder detenernos a reflexionar sobre todo esto, en lugar de quemar miserablemente nuestras horas, como si ellas nada tuvieran que ver con el tiempo que nos fue dado para la realización plena. Solemos creer que los filósofos son los únicos facultados para filosofar sobre la vida, cuando en verdad es una tarea que nos corresponde a cada uno de nosotros. Desde nuestra condición de seres pensantes somos filósofos en potencia, pero la abrupta realidad nos impide muchas veces comprenderlo y dejamos que sean otros los que lo hagan, ignorando todo aquello que contribuiría a hacer más ricos y plenos nuestros días.

Preguntarnos el porqué de las cosas, es en sí un duro e interesante ejercicio de autoconocimiento e introspección, que nos lleve por oscuros meandros de nuestra interioridad, y que nos permita que aflore todo aquello que guardamos a veces con celo y hasta temor, y que podrían ser frenos para la autorrealización. Replantearnos nuestras vidas debería constituir de manera periódica una tarea fundante para nosotros, porque nos posibilitaría reorientar procesos, enmendar errores, relanzar proyectos, disfrutar de los logros, echar marcha atrás en caminos extraviados, y hasta dar a nuestras vidas el anhelado giro de 180 grados, que nos haga sentir cómodos y felices en nuestra propia piel. Es decir, estar en sintonía con el Ser.

Decidir invertir las horas del pesado confinamiento para relanzar nuestro proyecto de vida, quizás sea una buena estrategia, ya que a la larga nos permitirá, al mirar atrás, percatarnos que no todo fue malo en medio de la tragedia, porque nos sirvió para reconquistar los ocursos territorios que opacaban nuestro Ser.

Denso letargo

En mal momento llegó la pandemia a nuestras vidas, que vino a sumarse a la ya larga lista de vicisitudes por las que pasamos los ciudadanos de este país. Todos, sin distingos de ninguna especie, estamos impelidos a replantearnos el ahora, como si de pronto se hubiese roto el hilo conductor de nuestro devenir, para hacer de cada uno pieza de un tinglado perverso y retorcido. De manera muy particular pienso en nuestros niños y jóvenes, hasta ayer llamados el futuro del país, y que hoy se ven suspensos en un denso letargo en el que no es posible reacomodar su presente ni mucho menos avizorar un destino.

La abultada cifra de carencias en nuestro diario vivir hace cuesta arriba el que los muchachos puedan insertarse en línea a sus instituciones educativas, para la prosecución de sus estudios, porque resulta inverosímil el solo hecho de pensar en un servicio eléctrico decente, que posibilite a su vez la interconexión con las tecnologías de la información y la comunicación, que hagan viable los objetivos educacionales. Ni hablar de la modalidad presencial, porque nos hallamos en el pico de la pandemia del Covid-19, con los enormes riesgos para la salud que esto implica; amén de hacerse imposible el que los niños y jóvenes puedan ser llevados hasta sus escuelas y liceos debido a la ya crónica escasez de combustible, a la ausencia de suficiente transporte público, y a la inseguridad reinante en las calles.

La sociedad venezolana vive su peor momento de la historia contemporánea. Los indicadores de calidad de vida están en el subsuelo (por cierto: muy alejados de los del resto de países de la región), y pareciera que se cierran los caminos y la esperanza. Sin embargo, la batalla por una vida mejor no está perdida. Se los aseguro. La nación venezolana ha dado muestras de fortaleza en otros puntos de inflexión de su devenir y ha salido adelante. De cada uno de nosotros deberá emerger lo mejor de nuestro talento y de nuestra idiosincrasia, para demostrarnos a nosotros mismos que podemos salir de la oscuridad y adentrarnos con hidalguía en la luz de un nuevo y mejor país, en el que nuestros muchachos tengan todas las oportunidades para su realización, y en el que los adultos y los ancianos vean florecer sus más preciados sueños.

@GilOtaiza

rigilo99@gmail.com
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