Por: Ricardo Gil Otaiza
Poema XII
cuéntame y mírame a la cara,
que no hayan más secretos. Entre
el día y la noche vagan silentes
las esporas de los sueños. Hazme
saber de tu razón, aduce teorías
extrañas, pon sobre la mesa
los mapas que conducen a tu
puerta, escribe sobre el tablero
los epigramas, entrecruza los hilos
metafísicos que te sostienen,
los rumores que te aguardan, los
susurros que a mil voces te dela-
tan, los cirios encendidos a los
dioses que te cuidan, la piedra
de sol que te ilumina, la oración
que te canta
cuéntame presurosa de los ayeres, del
ahora y del mañana, dime en clave
silente y sin palabras si valió la
pena la agonía en el madero, si todos
los astros y estrellas se parecen a noso-
tros, si están contadas las piedras de
los ríos, si las tumbas permanecen o
quedarán vacías, si las llamas se
extinguen, si la flor languidece, si
el amor lo explica todo, si el querer
eternece
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
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