Por: Ricardo Gil Otaiza
Poema VI
ser pasión y ritmo, verso y
prosa, familia y encuentro;
arena clara regada
en una playa desierta. Acae-
cer de libros, sol y amane-
ceres, y la palabra cincelada
en una obra
que nada del mundo
sea ajeno; ser fiel a un perenne
desvarío. Auscultar en las horas
el correr del tiempo y decirse,
no sin asombro, que la vida
es apenas un tenue parpadeo
apurar aquí y allá lo pendien-
te, pero nada más inútil
que pretender ser lo que nunca
se ha sido. Ciudad y montañas
eternecen en la piel y se
llevan tatuadas en el ayer y
en el ahora, y aunque ya
nada sea como siempre,
su promesa luce incólume.
Ser nube que arrastra el viento
a un destino incierto; tenue
brisa que sofoca nuestras
ansias
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
Muy agradable y suave a la lectura. Un momento en la vida donde los pensamientos se cruzan con los sentimientos.
ResponderEliminarMuy agradable y suave a la lectura. Un momento en la vida donde los pensamientos se cruzan con los sentimientos.
ResponderEliminarSaludos Mario, agradecido por tu comentario. Un abrazo!!!
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