Por: Ricardo Gil Otaiza
Poema XXX
tronar de mil cañones, lucha a
brazo partido, ser aurora de por-
tentos, sentir el latido de la vida.
Seguir dormidos es como no haber na-
cido, cada paso es un suceso que
nos empuja a un abismo
ve y levanta ya tus huesos, el sol del medio-
día los calcina, sé brisa y bosque;
sé canto y neblina.
Llevamos a cuestas tanto peso, tan-
tas miserias inventadas o vividas,
tantos desengaños y dolor acompasado,
que el andar se hace lerdo y la mirada
perdida. Ve y levanta ya tus huesos,
sal del sepulcro en vida, sé candor y
flama; sé brújula y espiga
no hay tiempo qué perder, a cada
paso se diluyen las horas, y por
un nuevo desafío arrancamos a la
nada luz y sombra. Ve y levanta ya
tus huesos que dos eternidades nos
acotan, sé musa y río; sé
cántaro y destino
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
0 Comentarios:
Publicar un comentario