Por: Ricardo Gil Otaiza
Poema XXXI
el país agoniza y somos sus
espectros, ya nada detendrá
la caída. Todo ha sido consumado
y detenido, abruman el silencio y
la partida
duele la familia rota y la diás-
pora sangrante, cada sueño es
solo bruma y pesadilla guar-
dadas en la noche. Hay miedo
y quejido; la calle muere vacía
la casa está muy sola y yo pienso
en un rincón, luce triste todo
aquello que un día fue alegría, el
viento sacude las hojas y su
rumor trae consigo recuerdos
casi todos se han ido, menos los
que debieron irse, cada uno cuenta
la historia a su modo. No sé si al-
guna vez conjuguemos la realidad en
pretérito, solo que la vida es el ahora
y estamos perdidos
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
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