Por: Ricardo Gil Otaiza
LA FELICIDAD
Cómo llamarte,
si no es con
deseos inservibles;
porque sé que
no existes.
A veces descarto momentos,
instantes
(de goce
a la espera
de ti.
La ignorancia
nos hace esclavos
de conceptos abstractos
y etéreos.
La felicidad es
y no es.
Como el agua condensada
que cae sobre la tierra
transformada
(en lluvia.
Tomado de mi libro Corriente Profunda (Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, 1998).
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