Por: Ricardo Gil Otaiza
XLVII
lo numinoso yace en ti, te acecha
a cada instante, como portento hace
de tu mirada cristal límpido, solo im-
pregnado de la maravilla que te circunda;
y la asumes, la haces parte de ti, la llevas
tatuada en tu piel, y como estandarte la muestras
al mundo para que comparta tu gozo
el milagro de la vida brota a ca-
da instante y hay que verlo muy bien,
todo está allí, expuesto a la mirada,
latiendo con tu piel, susurrándote
al oído mil palabras; los sonidos
del mundo son parte de ti y abren tus
oídos a melodías lejanas
tus ojos ven ignotos mundos, aquí
o en otras galaxias, mientras percibes los
aromas de cuanto te rodea y paladeas
extasiado el sabor de un nuevo fruto. La
brisa acaricia tu piel y el sol de la mañana
calienta tus ansias, y te recuerdan a cada instan-
te que estás vivo, que hay camino por recorrer,
que la magia de la vida solo existe
si la reconoces en ti
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
0 Comentarios:
Publicar un comentario