Por: Ricardo Gil Otaiza
TERROR INFANTIL
En cada rincón
se esconde un fantasma.
Los monstruos
televisivos
(anidan
En casa.
¡Qué inmensa es la
imaginación
(de un niño!
Tan grande
como su alma.
El terror no da cuartel.
No importa sin son la tres
(de la tarde,
O si son las diez.
Lo que importa son
los monstruos
(y las brujas,
De los cuales hay que
cuidarse.
A veces
(los adultos
Personificamos
esos seres extraños y terribles;
solo que nos escondemos
tras la perfecta fachada,
(del bien.
Tomado de mi libro Corriente Profunda (Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, 1998).
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