Por: Ricardo Gil Otaiza
TIERRA DE GRACIA
Sobre tu vientre sembró
el conquistador la semilla,
la lengua furtiva allende
los mares, en ti quedó
enraizada.
Otros dioses visitaron
las nuevas tierras,
otras costumbres,
y, otras formas.
Desde aquel preciso momento,
no fuiste la de antes.
Perdiste los derechos,
heredaste nuevos amos.
Más de tres siglos
de colonia
no fueron suficientes,
las cadenas
permanecen intactas.
Hoy blandes la bandera
de la libertad,
pero... ¿de qué me hablas?
...pueblo venezolano.
Tomado de mi libro Corriente Profunda (Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, 1998).
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