
Por: Ricardo Gil Otaiza XLVlos sueños no acaban, son deltamaño de nuestro ser, forja-dos como están de grandeza y defábula, son en sí mismos fuerzaque late muy dentro y nos empu-jan cada mañana; nos hacen se-guir a pesar de los tropiezos.en cada pecho anida infinidadde sueños, unos y otros...