Poema XLII

 

(tomado del libro: Lumen El Fuego interior) 

XLII

día, todo en ti renace, eres perenne in-
vento de formas y voces. Cada ama-
necer es un mapa por recorrer, un
camino a descubrir y un anhelo
a desvelar. Al despertar la mañana siem-
pre habrá nuevos brotes en el campo,
otros pájaros se unirán al concierto de
voces, y en apartados rincones abrirán
sus ojos multitud de seres que
que reinventen la humanidad

día, aguarda por el tiempo, deja sen-

tarse tranquilas a las exequias del

pasado, y que emerjan así los atisbos

del ahora. Busca en tu regazo el agua

fresca, baña y cultiva los campos,

sacia ya la sed y el hambre del mundo

día, que no nos maten las horas, y en

ti se abran y se cierren los recodos, y

hallemos en cada rincón manos ten-

didas. Que no falle la lucidez, ni el

arrebato por la vida; y una cálida

voz indique el camino a seguir. Que

fluyan los buenos momentos y todo

en ti sea cálido, y al atardecer ardan

todavía las brasas de tu fuego interior