Por: Ricardo Gil Otaiza
Poema XXIV
una vuelta más al sol, muchos días
contenidos en el ahora, cabalgar presurosos
y llevar consigo errancias y haberes
que justifiquen lo vivido. Ser uno y muchos,
tantas cosas nos definen, estar aquí y allá como
si no nos bastara el aliento que nos mueve. Mirar
el ayer y el mañana y sentir de pronto la calidez
de la brisa, su contacto con la piel, saberse ungido
de esperanza frente al ominoso destino.
caminar sin mirar atrás, sonriente y expectante,
batir con fuerza las alas a pesar de la tormenta.
Arrancar al día una sonrisa, no importa qué haya
sido, serenar el rostro y decirle al mundo
que estamos vivos, que aún late en nosotros
cordura y desvarío
una vuelta más al sol, cambio de piel
y cruce de caminos, trajinar horizontes
sin otear los ayeres, ser espuma de mar
aunque presagie tormenta; mirar a la
cara al otro y buscar en nosotros los
porqués de lo vivido. Hay tanto por
andar y recorrer, tantos rostros que vol-
ver a ver; tantas luces encendidas
en la espesa neblina
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
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