Por: Ricardo Gil Otaiza
XXXIX
de todo lo escrito no sé qué per-
durará, tal vez algunas páginas sueltas,
uno que otro relato, o algún ensayo
ya extraviado en la memoria.
De tanto afán ha quedado mucho, pero
sobre todo cansancio y posiblemente olvido
mis manos han tocado las páginas y
han trajinado las ideas de otros, y a ca-
da instante he visto nacer ante
mis ojos decenas de historias y
personajes. He reído y llorado con
ellos y he sido testigo de proezas y de-
rrotas, solo que al cerrase el libro
allí se quedan, macerando su destino
he vivido muchos mundos y recorrido
caminos sin salir de casa. Vasto
ha sido el horizonte desde la venta-
na y mis ojos se han gastado de
soñar. Cada página escrita yace
en la memoria, aunque piense que
se ha perdido para siempre. No sé
qué quedará, qué aguardará mi nom-
bre, qué lúgubre lector será testigo
del portento del recuerdo, pero ahí
estaré yo presente, impertérrito, tran-
quilo, expectante de su voz
Tomado de mi poemario inédito Lumen El fuego interior
0 Comentarios:
Publicar un comentario