Por: Ricardo Gil Otaiza
Toma mi sombra
Te entrego un alma herida y un cuerpo
cansado de derrota.
Te entrego tanto y tan poco, que mitigo la
pena con olvido.
Te encontré de regreso, cuando la pasión era
historia y el empeño una paloma furtiva.
Toma mi cuerpo, toma mi todo; que aunque
esté desvaído, tal vez queden chispas de una
brasa que en algún tiempo fue vida.
Toma mi sombra…
Tomado de mi libro Manual del vencedor (Talleres Gráficos Universitarios, 2001).
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